Los trabajadores agrícolas recogen sandías y se las lanzan por el campo antes de colocarlas en un autobús escolar rojo reutilizado. (Rebecca Thiele)
Los veranos en Indiana van a ser más calurosos. Y esos días de mucho calor son especialmente peligrosos para los trabajadores agrícolas y otras personas que trabajan al aire libre. Pero ahora mismo hay pocas leyes para proteger a los trabajadores agrícolas de Indiana del calor extremo.
En agosto, más de un centenar de trabajadores agrícolas se presentaron en el sótano de una antigua iglesia de Odón al final de una larga jornada de recolección de sandías. Todavía hay unos 90 grados en el exterior y parece que hace aún más calor. Incluso en esta pequeña habitación, un ventilador se esfuerza por mantener a todos frescos.
Una vez que los trabajadores se instalan, Miriam Sonderborg, de la organización sin ánimo de lucro Proteus, inicia una formación en español sobre el calor y los pesticidas. Pide que un voluntario se tumbe en el suelo como alguien que acaba de desmayarse por el calor. Pregunta a otro trabajador qué harían.
Este comienza a abanicar a su amigo. Sonderborg sugiere llevarle agua y, una vez que pueda sentarse, hacerle algunas preguntas para asegurarse de que está bien.
Sonderborg les dice a los trabajadores que deben beber agua, tomar descansos, llevar ropa holgada y cuidarse entre ellos.
Suena fácil, ¿verdad? Pero algunos trabajadores agrícolas sienten que no pueden hacer estas cosas, dijo Leonel López. López es presidente de la Coalición de Trabajadores Agrícolas Migrantes y Estacionales de Indiana.
“Creen que beber más agua les hará ir al baño más a menudo. Y tomar más descansos significa menos horas trabajadas, lo que significa menos horas pagadas”, dijo. “O incluso entrando en la mentalidad del empleador: 'Oh, esta gente va a tomar descansos demasiado largos. Así que no voy a emplearlos de nuevo el año que viene'”.
Los trabajadores agrícolas tienen más probabilidades de morir por el calor extremo
No tomarse un descanso podría significar poner en riesgo su vida. Hay pocas leyes para proteger a los trabajadores agrícolas en caso de calor extremo y, aunque la formación sobre el calor de Proteus es gratuita, no es obligatoria. Los trabajadores agrícolas tienen 35 veces más probabilidades de morir de calor que los trabajadores de otras industrias. En julio de 2020, un joven llamado Jorge se desplomó por el calor mientras deshojaba el maíz. Llegó al noroeste de Indiana para trabajar junto a su padre. Era solo su segundo día de trabajo.
“Por lo que entendí, no tenían un plan establecido que significara que tres entran, tres salen. Ya sabes, cinco entran, cinco salen. Y comenzó a enfermarse. Y sí le dijo a alguien que no se sentía bien”, dijo Jesusa Rivera, preparadora profesional de Proteus.
Más tarde, Jorge no aparecía por ninguna parte. Enviaron un grupo de búsqueda, pero al final llegaron demasiado tarde.
“Cuando los paramédicos... ya sabes, ya estaba... ya se había ido”, dijo Rivera.
La propia Rivera era una trabajadora agrícola, que trabajaba en el campo desde que tenía solo 8 años.
Dijo que a los desgranadores de maíz les puede resultar difícil incluso respirar con el calor extremo, especialmente con toda la ropa que llevan para protegerse del sol, los pesticidas, los bichos y los tallos de maíz que pueden cortarles los brazos y la cara.
Rivera dijo que algunos trabajadores pueden sentir que tienen que trabajar durante los descansos.
“Si tu empleador te presiona para que cumplas un plazo, ¿no trabajarás más duro y más rápido, y no dejarás de tomar descansos para poder terminar el trabajo?”, dijo.
Roxana Chicas investiga cómo afecta el calor a los trabajadores agrícolas en la Universidad de Emory, en Florida. En un estudio, su equipo descubrió que cerca de la mitad de los trabajadores agrícolas de Florida que estudiaron tenían una temperatura corporal igual o superior a los 100 grados, es decir, una fiebre.
“Y, a menudo, los síntomas que reportan son, ya sabes, dolor muscular, náuseas; muy parecido a los síntomas que tenemos cuando hay fiebre”, dijo Chicas.
Chicas comentó que algunos trabajadores se deshidratan tan a menudo que se dañan los riñones a corto plazo.
Dijo que también es probable que se esté subestimando el número de hospitalizaciones y muertes, y que los trabajadores indocumentados pueden no querer quejarse por miedo a ser deportados.
Indiana tampoco exige que las granjas agrícolas informen las lesiones y muertes relacionadas con el trabajo a una organización central, lo que puede dificultar la obtención de datos fiables.
Pocos estados cuentan con protecciones térmicas para los trabajadores agrícolas
En este momento, California, Washington y Oregón son los únicos estados que tienen leyes que protegen específicamente a los trabajadores de exteriores del calor extremo. Colorado cuenta con protecciones dirigidas a los trabajadores agrícolas, pero no a otros empleados de exteriores.
Otros estados han intentado aprobar leyes de este tipo y han fracasado, como Carolina del Norte, Maine, Virginia y Nueva York.
Maryland aprobó un proyecto de ley de protección contra el calor para los trabajadores de exteriores en 2020, pero no se ha implementado.
Chicas dijo que la gente de la industria agrícola a veces argumenta que estos cambios serían demasiado difíciles de implementar y que ya tienen formas de mantener a sus trabajadores seguros.
“Pero si los cultivadores y la gente o las empresas a las que representan ya las hubieran puesto en marcha, no tendríamos las estadísticas que dicen que la gente muere de calor a un ritmo tan alarmante”, dijo.
La Administración de Seguridad y Salud Laboral de Indiana no puede tener normas más estrictas que las federales y el gobierno federal solo tiene directrices en este momento.
El Departamento de Trabajo de Indiana trata de educar a los empleadores sobre cómo prevenir las enfermedades relacionadas con el calor a través de cosas como las inspecciones de la Administración de Seguridad y Salud Laboral de Indiana (Indiana Occupational Safety and Health Administration, IOSHA), el programa estatal INSafe y otras comunicaciones estatales.
Entre otras cosas, Chicas comentó que los trabajadores deberían recibir formación sobre cómo prestar primeros auxilios a alguien que sufra un golpe de calor. Los empleadores también deben vigilar a los trabajadores cuando trabajen en condiciones de calor extremo para buscar signos de enfermedades relacionadas con el calor.
La OSHA está trabajando en la elaboración de normas federales sobre el calor, pero Chicas dijo que no se sabe cuándo se publicarán o si lo harán. Mientras tanto, afirmó que los trabajadores agrícolas siguen muriendo por el calor.
Es un “trabajo muy caliente”
Estados Unidos necesita trabajadores agrícolas. Sin ellos, no comeríamos.
Jose Gómez es un contratista de cosechas con sede en Florida que asistió a la formación de Proteus en Odón junto a sus empleados. Les consigue trabajo y alojamiento mientras se dirigen al norte recolectando sandías de un estado a otro.
Gómez dijo que Indiana suele ser su última parada antes de que muchos de los trabajadores regresen a sus hogares en México.
“Es un trabajo muy caliente que nadie quiere hacer”, dijo. “Por desgracia, tenemos que depender de estos trabajadores extranjeros para recoger nuestras frutas y verduras. Sí, es horrible ahí fuera, pero es soportable: con la gestión adecuada, podemos hacerlo”.
Hablamos con un trabajador agrícola de Guanajuato, México, que nos pidió que no diéramos su nombre. Ha venido a Indiana con un visado para recolectar brócoli y maíz.
Dijo que no es fácil trabajar con este calor. Y si valoramos el trabajo que realizan los trabajadores agrícolas, tenemos que empezar a valorar la vida de los trabajadores.
Puede encontrar recursos para los trabajadores agrícolas y sus empleadores a través de Proteus, así como en Servicios Legales de Indiana y su Proyecto de Protección de los Derechos de los Trabajadores (Workers Rights Protection Project, WRAPP). Los trabajadores también pueden presentar quejas ante la OSHA de Indiana aquí.
Póngase en contacto con la reportera Rebecca Thiele en rthiele@iu.edu o sígala en Twitter en @beckythiele.
